Gobierno Electrónico en C.A

Se ha puesto de manifiesto la necesidad de analizar el eGobierno desde una perspectiva comparativa y regional, además de la importancia de considerar de manera diferenciada los avances dentro del ámbito político-administrativo local. En particular, la ponencia ha mostrado los escasos datos de carácter comparativo disponibles acerca del desarrollo de Internet y las TIC dentro de Latinoamérica, en general, y Centroamérica, en particular, subrayando que algunas de las experiencias concretas con mayor interés se han consolidado dentro del todavía incipiente nivel local. Por consiguiente, el abordaje empírico ha contribuido a superar estas carencias mediante un enfoque comparativo y localizado, teniendo en cuenta los casos de los seis países que componen la Centroamérica latina (Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá). El análisis ha evidenciado una notable varianza entre los casos analizados, considerando que existen importantes diferencias, pese a que pertenecen a un ámbito geográfico común que, de entrada, haría pensar en comportamientos más o menos equivalentes. 

De lo anterior se deducen algunas ideas finales de interés, no sólo de cara a futuras aproximaciones al objeto de estudio, sino también como elementos de discusión dentro del presente trabajo. En primer lugar, resulta evidente que sería necesario incrementar la cantidad de casos analizados de manera que se pudiera obtener una visión más amplia acerca de una realidad tan poliédrica como es la de las administraciones locales. En segundo lugar, resulta evidente que el estudio de la documentación oficial y los contenidos webs sólo proporciona una visión parcial de lo que representa un fenómeno tan amplio como es el eGobierno. En tercer lugar, el hecho de que se haya puesto de manifiesto que en las capitales de los países considerados la orientación de sus portales web se centre en cuestiones informativas, no es más que una contrastación empírica del nivel incipiente de su vertiente digital y, además, de las limitaciones para la innovación democrática derivadas de la difusión de Internet dentro de este nivel de gobierno. En cuarto lugar, no deja tampoco de sorprender el hecho de que a pesar de que los gobiernos centrales no suelen incorporar a las administraciones locales entre sus prioridades para difundir el eGobierno entre la ciudadanía, muchas municipalidades están desarrollando de manera autónoma iniciativas que las sitúan entre las más innovadoras del país, por tanto, con potencial para generar su propia agenda de innovación administrativa, al margen de los postulados procedentes de las instancias centrales de gobierno. Finalmente, queda por subrayar el escaso margen que los casos analizados conceden a la participación ciudadana dentro de sus acciones de promoción del eGobierno, así como a otras cuestiones políticamente más sensibles. Sin duda, este último punto confirma una tendencia generalizada a desatender las vertientes más débiles del proceso de construcción del eGobierno. Por un lado, la alfabetización digital necesaria para conformar ciudadanos activos en Internet y, por otro lado, la consolidación de proyectos que verdaderamente animen a la ciudadanía a colaborar en la mejora de sus democracias porque, en realidad, afectan su calidad de vida.  

Fuentes: